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No necesitas seguir cargando con el peso de tu pasado. Tu eres el único que califica tus vivencias como buenas, malas o regulares. Por esto, cuando sientes que llevas una gran carga no es tu pasado como tal lo que te duele y martiriza, sino son los JUICIOS que haces sobre tu vida,  los que te hacen daño.

Comprende que tu pasado es justamente eso, «pasado». ¿Tienes algún recuerdo que te genere molestia, dolor, amargura o incomodidad?, ¿Te recriminas porque dijiste, hiciste o dejaste de hacer o de decir algo? hoy puedes liberar la carga que genera el pasado sobre ti. No te sigas culpando por lo que pasó o no pasó. Tu vida está en el presente y puedes cambiar la manera en que recuerdas lo vivido. Incluso los juicios de otros hacia ti, dejan de afectarte cuando tu dejas de señalarte a ti mismo.

Cuando sueltas la carga que te genera tu pasado, recuperas tu energía y te puedes sentir libre y completo. Cuando te castigas, te bloqueas. En cambio si te aceptas, te liberas.

Una manera de liberarte de los juicios sobre tu pasado es reconociendo los aprendizajes de tus experiencias. Ten en mente que gracias a la oscuridad, puedes reconocer la Luz. La Luz puede ayudar a liberarte para que seas tú mismo. Permite que la Luz de Dios te inspire y rodee completamente.

Recuerda que eres perfecto y cualquier otra cosa es una interpretación tuya. Conecta con tu esencia  -con tu espíritu- para reconocer la perfección en ti. Puedes pedir ayuda a tus ángeles para que te guíen y puedas sentirte libre y completo: respira profundo tres veces. Llama a tus ángeles y al Arcángel Rafael. Luego imagina, piensa o siente que una luz verde te envuelve y te ayuda a remover la auto-critica, el juicio, el sabotaje, el maltrato, y la recriminación que te has hecho. Sigue respirando esta luz verde y permite que el Arcángel te sane con su luz. Luego inhala por la nariz, mantén la respiración por unos segundos y con mucha fuerza exhala el peso de tu juicios. Repite el ejercicio cada vez que te arrepientas de algo o cuando te llegue un recuerdo que te genere malestar.

Abrazos de luz!

Adriana