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El pasado martes, estuve en un seminario, donde contamos con la presencia del Dr. Juan Manuel Santos Presidente de la Republica de Colombia, Blake Mycoskie, fundador de la empresa TOMS. Ernesto Zedillo, ex Presidente de México y como moderador al Señor Eduardo Braun.

Me encantó. Fue un evento muy inspirador y divertido. Algunos de los aportes que me encantaron fue cuando El Presidente Santos le pregunta a Mycoskie si tiene idea de cómo vender un excelente producto que él tiene pero que nadie le quiere comprar: el producto es la Paz en Colombia. Mycoskie se sonrió, dijo que era la pregunta del millón de dólares. Luego de un instante dijo que si la gente no quiere comprar “la paz”, entonces se debe vender los beneficios que traería la paz en Colombia. Y añadió, a casi todas las personas les da miedo afrontar un cambio. Colombia es un país con más de 40 años de guerra. Es normal sentir miedo de lo que pueda pasar si se firma la paz pues pensamos lo peor.

Por lo anterior el proceso de paz no solo se debe desarrollar en Cuba. También se debe implementar en cada uno de nosotros. Podemos dejar a un lado el miedo y darle la bienvenida a la paz en cada uno de nuestros corazones. Cómo dijo el Presidente Santos, es difícil llegar a un acuerdo donde los que quieren la paz y las víctimas de la guerra estén a gusto. Obvio una víctima quiere justicia, pero el que no ha sido víctima quiere la paz porque no se quiere convertir en víctima. ¿Cómo llegar a un punto medio?

Yo opino que está bien sentir miedo. El miedo nos protege y nos cuida. El miedo es parte de nuestra supervivencia. Cuando sentimos miedo reaccionamos porque queremos proteger nuestra vida. Sin embargo no podemos permitir que el miedo interfiera en nuestra vida cuando no lo necesitamos. No nos quedemos en miedo. Volteemos la página y sintamos la paz.

El proceso de paz puede ser interior de cada persona, de cada colombiano.. De qué sirve unas firmas en un papel si nosotros no vivimos en paz en nuestros hogares, en nuestros trabajos, en nuestra vida diaria? La paz debe empezar por nosotros. Desde nuestro corazón al exterior. Empieza con pequeños pasos que te lleven a sentir paz,  por ejemplo,  hoy cederé el paso en mi camino, hoy no gritaré a mi mujer ni a mis hijos, hoy respetaré a mis padres y los honrare en vida.

La paz la podemos vivir cada día. La paz es dejar de juzgar  y aceptar que todos somos responsables de lo que vivimos  y si queremos un país en paz debemos empezar por nuestro interior. Tengamos sueños con propósito y liberemos el miedo en pro de la paz.

Sí.  La paz si está cerca. La paz está en tu corazón. Aquieta tu mente  centra tu atención en el palpitar de tu corazón. Respira profundo y déjate contagiar por la tranquilidad de tus palpitaciones. Vive y siente la paz.